El Partido Socialista Libre Federación es heredero del PSF (Partido Socialista Federal), surgido como respuesta al apoyo del felipismo a la OTAN en su momento y que, evolucionando, tiene la voluntad de ofrecer nuevas respuestas a la sociedad de nuestros días, desde la asunción de los problemas reales que afectan a las clases populares, y acompañar a la clase trabajadora en sus luchas y a las personas jóvenes en sus anhelos y sueños, pero también en su difícil realidad ya sean mujeres u hombres. El PSlF es un partido de clase y republicano, que reivindica el legado de Pablo Iglesias y de los clásicos del socialismo, buscando la unidad de las escuelas y corrientes socialistas y reivindicando autores y autoras clásicas que nos puedan unir y, en cuyo caso, Rosa Luxemburgo es una figura esencial. Un socialismo transformador y democrático que liga con las propuestas internacionales de personas como Bernie Sanders y sobre todo Jeremy Corbyn, además de los movimientos de transformación socialista que se dan en lugares como Francia, Alemania, Italia y otras regiones del mundo, tal y como previamente afirmamos.
Seguimos con mucha atención a los
norteamericanos del DSA, los movimientos laboristas independientes como
Momentum y otras experiencias que están surgiendo por América y
África, con el objeto de ir acercándonos y trabajando conjuntamente.
Desde el socialismo democrático, recordamos en palabras del clásico
“El que no pueda o no quiera, que se aparte del movimiento proletario,
porque el resultado sería que o el partido Socialista le
desilusionaría, o que él haría traición al Partido Socialista”,
tal y como afirmaba Karl Kaustky en su respuesta a Bernstein; tesis, por
cierto, que Pablo Iglesias apoyaba. El problema es que hoy el PSOE está
en manos de quienes desean un partido alejado de las clases
trabajadoras, de la voluntad de transformación real y la libre
federación de los pueblos y se contentan con gestionar bien el
capitalismo, traicionando por tanto el objetivo de cualquier partido
socialista. Lo que es peor, sosteniendo el régimen, apoyando el statu
quo, la corona y poniendo los intereses de la élite neoliberal europea
por encima de las necesidades de las clases subalternas y de un cambio
real.
Entendemos que tampoco los populismos solucionan los problemas, pues
parten desde la mera denuncia, renunciando a una clase trabajadora
organizada políticamente y que, si bien su realidad es nueva y compleja
(la de la clase trabajadora), fruto de la globalización capitalista y
de los nuevos modos del capitalismo tecnológico que la segmentarían,
no es menos cierta su existencia y sufrimiento colectivo, así como la
implantación por parte de los poderes capitalistas de una creciente
desigualdad, precariedad y desempleo a escala planetaria.
No es cuestión de pueblo o crear pueblo y menos patria. La realidad es
más compleja y afecta a la patria-mundo en cualquier caso. Además,
España no es una patria, sino una realidad pluri-nacional que requiere
libre federación y República. El republicanismo marxista y socialista
reconoce la existencia de las clases y los pueblos, de las ciudadanas y
los ciudadanos y del trabajo personal al objeto de alcanzar el objetivo
de la igualdad. Europa por otra parte es una realidad cada vez más
plural y lo que nos une es la lucha por la igualdad y los derechos
humanos. El concepto República de las iguales y ciudadanía con
derechos y democracia está por encima de visiones patrióticas al menos
en el contexto europeo.
Somos un partido que, creyendo en la plurinacionalidad, cree en las
posibilidades de todas las mujeres y hombres, sea cual sea su origen y
color, de participar en las actividades sociales, sindicales y
políticas tanto en los cargos de libre elección como en la dirección
política; así como reclamamos derechos y obligaciones iguales para
todas y todos los habitantes en el Estado español.