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Giro a la izquierda o más de lo mismo

Giro a la izquierda o más de lo mismo

Preservar la mayoría política en Cortes exige romper los compromisos con los franquistas

 

La mayoría de los medios de comunicación han publicado que en el reciente Debate del estado de la Nación se ha operado un “giro a la izquierda del Gobierno”. Y son muy pocos los analistas políticos de los diferentes medios, los que han entrado seriamente a destripar tanto los extremos del debate como sus expresiones más contradictorias; sin ir al fondo de las medidas que fueron aprobadas, calificando adecuadamente las mismas.

La crisis internacional del capital la guerra entre grandes potencias, han sido la estrella del debate; pero las medidas “anticrisis” no vienen a solucionar los principales efectos de la misma. Tanto el PP, como las derechas en general, no han querido debatir la verdadera situación de la nación, y han buscado ejes alternativos para desviar el debate. Y lo han encontrado, sobre todo, en una ETA que ya no existe, como si necesitasen referirse a ella para validar de alguna manera su vacío político, expresado en la inexistencia de políticas alternativas a las del Gobierno. Pero el falso debate le sirve al nuevo-viejo PP para encabezar los sondeos de intención de voto. ¿Para qué van a arriesgar más, si con la denuncia de ETA -y las relaciones de los conocidos como herederos de ETA con el Gobierno- les vale solo y simplemente para contribuir y constatar el fiasco general de las políticas oficiales? El PP, incapaz de salir de la fosa de la corrupción, carece de alternativas.

También el debate y las medidas “anticrisis” han servido para entender las relaciones de sumisión en el seno del Gobierno, en un nuevo acto de bonapartismo político de la presidencia frente a los ministros del PSOE y altos cargos del mismo partido, y ante los ministros de los socios de Unidas Podemos. Aunque unos y otros celebraron de forma aparente el más que dudoso “giro a la izquierda”, las dimisiones encadenadas posteriores de altos cargos ponen de manifiesto que existe un mal de fondo producto de que ni siquiera se permite la discusión de los verdaderos problemas. Lo que domina el ámbito del Gobierno es el ocultismo y el secretismo. Por eso, la dimisión de altos cargos por “problemas personales” sustituye la ausencia de discusión democrática, poniendo en cuestión hasta el margen de maniobra crítica que Yolanda Díaz necesita para hacer valer su Suma.

Sin duda somos partidarios de un verdadero giro a la izquierda del Gobierno, tanto sobre la cuestión social, como sobre otras cuestiones como la guerra y la dependencia de la OTAN, y en relación con los planes de la Unión Europea... Giro que no puede ser fingido y aún menos entendido como la invocación de un milagro sino como la necesidad de que los dirigentes  que se reclamen de la democracia tomen en sus manos los asuntos del país y no sigan sometidos a políticas, leyes  e instituciones no democráticas.

La política de guerra, y los gastos militares decididos en la Cumbre de la OTAN en Madrid, los inmensos beneficios de los grandes especuladores y las condiciones penosas de la vida cara, siguen siendo la realidad de todos los días, provocando la creciente pérdida de capacidad de compra de salarios y pensiones. Y es en este contexto, como las medidas “anticrisis” no son sino parte del mundo de lo aparente, que no modifica los aspectos más importantes de la realidad en la que vivimos. ¿Dónde quedan en esta situación las grades palabras de la justicia fiscal y la justicia social? La conclusión inmediata de dichos medios es que Sánchez sale vencedor de este balance de la política de lo aparente, pero incapaz de romper con los intereses de los señores del dinero y, por tanto, de establecer las medidas políticas y sociales capaces de resolver la crisis de verdad.

Y la realidad ha venido de nuevo a sobreponerse a la ficción oficial. Decenas de miles y miles de hectáreas de naturaleza están sido destruidas por incendios rurales encadenados, que los medios de comunicación achacan a las altas temperaturas, escondiendo la falta general de políticas de conservación que conlleva el abandono de planes de limpieza de bosques y rastrojos, de la no   utilización de ganadería para dicha limpieza; y en definitiva, el abandono de la producción agraria en beneficio de las subvenciones de la Política Agraria Común a los terratenientes. Los pobladores de las zonas rurales, amenazados en sus bienes y vidas por los incendios sistémicos, no han dudado en culpar a los gobernantes de las diferentes administraciones, que dejan el campo y a sus habitantes abandonados, negándoles los bomberos, hidroaviones y medios necesarios para evitar el desastre. Proteger la naturaleza y la vida parece no formar parte de los planes políticos oficiales, como tampoco preocupan a la Unión Europea, ahora totalmente otanizada.

Estas Cortes tienen mayoría social y política para poder para cambiar realmente las cosas; pero los pactos y consensos con los franquistas las mantienen atadas al pasado. Un buen ejemplo de ello es que en el Debate del estado de la Nación no se discutió el hecho de que quien sigue con título de Rey, Juan Carlos de Borbón, ha sido imputado por graves delitos, negándole en Gran Bretaña la inmunidad que le otorgan las Cortes, impidiendo con sus decisiones que se pueda establecer una Comisión de Investigación al respecto. Todas las alegaciones presentadas por los abogados del Emérito en el tribunal del Reino Unido recabando inmunidad fueron desestimadas en el fondo de la cuestión. Algo tan importante para la política española, como este procesamiento del Emérito para el presente de la Monarquía, debe ser objeto de análisis y toma de decisiones democráticas contra la corrupción, afecte a quien afecte.

La situación minoritaria del PSOE, es decir, la minoría mayoritaria de la cámara, como principal grupo parlamentario, no puede ser utilizada constantemente para frenar la toma de las medidas políticas, sociales y democráticas que la mayoría requiere. Hay que subrayar una vez más que en Cortes hay una mayoría política constituida, que fue quien posibilitó la expulsión del gobierno corrupto de Rajoy, y que ha sostenido hasta hoy la existencia del Gobierno de Sánchez.  Pero, tanto su coalición gubernamental, como sus acuerdos parlamentarios, están en peligro, porque a dichos acuerdos opone la sumisión a los intereses de las grandes empresas, a la Monarquía y sus corruptelas, y en definitiva a las políticas y privilegios de los EEUU. El Gobierno con sus políticas está destruyendo esta mayoría con sus reiterados incumplimientos. Tal y como se ha puesto de manifiesto en las últimas elecciones autonómicas de Madrid, Castilla-León, Andalucía...

Sánchez se niega a cumplir los compromisos políticos adquiridos en sus campañas electorales: no deroga la Ley mordaza, mantiene vigentes buena parte de las contrarreformas sociales; no resuelve las demandas de las víctimas del franquismo, ni las demandas de techo ante el precio de los alquileres y de las viviendas…; así está dando la alternativa a los franquistas. Todo ello está conduciendo al incumplimiento sistemático de los acuerdos con los demás grupos parlamentarios que le prestan apoyo, como es el caso de la supuesta negociación con la Generalidad de Cataluña sobre la amnistía y el ejercicio del derecho de autodeterminación. Existe en este plan de “más de lo mismo” en la política de los dirigentes del PSOE un germen de retroceso político, que no conduce sino a volver a entregar el gobierno al PP.

La exigencia central de unas Cortes verdaderamente democráticas, con todos los poderes en sus manos, debe oponerse a todas las formas de continuismo monárquico, que pasa por exigir a las Cortes y al Gobierno las medidas que resuelvan los verdaderos problemas de la población.

ESPACIO INDEPENDIENTE 21-07-2022

  • July 21, 2022, 10:12 a.m.

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