May 11, 2023, 12:47 p.m.
May 8, 2023, 5:22 p.m.
Ante el colapso de los principales servicios públicos
y la intensificación de la guerra en Ucrania
Por una jornada Internacional contra la guerra y la miseria
Los partidos del régimen monárquico y de su gobierno vienen de superarse a sí mismos con el lío de la Ley de “solo sí es sí”. No es sino un embrollo más de los muchos que confluyen en el bloqueo de todos los servicios públicos esenciales contra los derechos de la población.
La sanidad se rompe por todas las costuras de la falta de presupuestos, del déficit de médicos, enfermeras y personal; es decir, por el sabotaje a las necesarias inversiones sociales sobre las que se debe sostener la sanidad pública. Las huelgas de los sectores sanitarios más afectados apuntan hacia la extensión del conflicto, que solo puede ser ganado por la mayoría de los afectados: concierne a toda la población que no puede pagarse la sanidad privada, cuya financiación, por cierto, no hace sino parasitar de los recursos públicos para pillar pingües beneficios privados.
La convocatoria al pueblo de Madrid del próximo día 12, a las 12 h., para marchar desde diferentes puntos y barrios de Madrid hasta la Plaza de Cibeles, se va a convertir en una prueba de hasta dónde es capaz de llegar la movilización popular para evitar que nos roben la sanidad de manera definitiva. El mundo oficial de los negocios a costa de la destrucción sanitaria está íntimamente ligado al régimen monárquico y a sus “comisionistas”, los de la corrupción política e institucional. Sólo la desprivatización efectiva de la sanidad, mediante la derogación de las leyes que permiten el robo, abriría un plan nuevo, el de la defensa del derecho universal a la salud pública que se financia de nuestros impuestos.
El colapso sanitario de las listas de espera y de las urgencias, los pasillos llenos de enfermos, el cierre de la sanidad primaria en barrios y pueblos …, se unen en este momento a la parálisis de la justicia, que se imparte en nombre del rey. El bloqueo de la justicia es otro de los efectos de la democracia de fachada. Los derechos individuales y colectivos están desprotegidos por textos ambiguos y contradictorios que son aplicados por una casta de familias del franquismo en función de sus intereses. La noticia del caos de la justicia señala que los juzgados están al borde del colapso; y el Ministerio del ramo se niega a negociar con los letrados de la administración de Justicia: la huelga ha paralizado ya el conjunto del sistema.
Las derivas de la Ley de “solo sí es sí” no es la excepción sino la regla. El control de los altos cargos de la administración de la justicia permite todo tipo de desahucios (de más de un millón doscientas mil familias de sus hogares), de todo tipo de despidos, del enjuiciamiento de la corrupción con dos varas de medir, de largos procesos judiciales donde la justicia se evapora. Los consensos del 78 para mantener en lo sustancial los privilegios franquistas tuvieron que imponer la impunidad histórica y la indefensión de las víctimas. Las leyes de la “desmemoria” no solucionan ningún problema, manteniendo la desigualdad ante las víctimas de la violencia, con leyes contradictorias.
Mientras tanto, se mantienen las leyes represivas y los secretos oficiales contra la verdad, la justicia y la reparación. Poderes y contrapoderes sin control democrático nos alejan de la democracia, que no puede perder su origen en el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
En lo que toca a otros capítulos, las pensiones públicas están en peligro, el INSS carece del personal necesario para atender de forma diligente a quienes tramitan peticiones que se eternizan, tal y como sucede con la administración pública en su conjunto. No es solo la sanidad la que se encuentra agredida por los bancos y fondos buitre; dichas agresiones privatizadoras son una estrategia que viene de lejos para alejar la administración pública del pueblo, de los derechos y conquistas sociales.
No se puede luchar de forma coherente contra la privatización de la sanidad y admitir la privatización en marcha de las pensiones, la de la educación colonizada por la Iglesia y las órdenes religiosas y demás privatizaciones impulsadas por la corrupción política. Privatizaciones que violan obligaciones contraídas y permiten que una casta política y económica pueda obtener más beneficios.
La indignación social acumulada por años y años de robos de derechos sociales se expresa a través de las movilizaciones de la sanidad, en defensa de todo lo público, por la reversión de todo lo privatizado. Tal y como está acaeciendo entre los trabajadores británicos en huelga, a los que el gobierno conservador aplica una nueva legislación anti huelga, que atenta contra los derechos sindicales; o como sucede en la vecina Francia, donde millones de trabajadores y jóvenes se movilizan ante la contrarreforma de las pensiones de Macron, poniendo de manifiesto que el gobierno francés pretende recortar el gasto en pensiones mientras aumenta el gasto militar y apuesta por la guerra de la OTAN, por un nuevo reparto imperialista de Europa y del mundo.
En toda la Unión Europea la carestía de la vida destroza los salarios y las pensiones en beneficio de las rentas del capital. La cúpula de jerarcas europeos apuestan por el régimen de Kiev, que prohíbe los sindicatos y partidos obreros y que apuesta por una larga guerra de destrucción, cuando se va a cumplir un año de guerra. El gobierno de Zelenski carece de autonomía política, económica y militar, de forma que no es sino un instrumento de los planes de las grandes potencias en la zona, de los EEUU y de la Unión Europea. La UE ha comprometido ya 18.000 millones de euros como ayudas directas para el régimen de Zelenski, lo que equivale a una décima parte de su presupuesto; cantidad a la que hay que sumar la ayuda militar que corre por cuenta de los diferentes estados de la UE. Estados que no apuestan por una solución que conduzca a la paz, sino por la extensión de la guerra. Y eso afecta a todos los gobiernos de la Unión Europea bajo el mandato de los EEUU y la OTAN, como es el caso evidente del Gobierno español.
Los grandes grupos económicos interesados en la guerra utilizan al gobierno ucraniano para aislar y reducir la actividad comercial rusa en Europa, con el objetivo declarado de derrotar al régimen de Putin. Zelenski, ha declarado “Ahora es obvio que el sueño de una Europa en paz sólo puede hacerse realidad junto con Ucrania y solo derrotando a Rusia”. El régimen ruso tampoco habla de negociación, de un alto el fuego y acuerdo de paz que dé la palabra a los pueblos. Ante la carestía de la vida a nivel internacional, que deprecia la capacidad de compra de las familias trabajadoras y destruye conquistas sociales fundamentales como la sanidad; ante la guerra de Ucrania y la represión criminal contra los pueblos, como es el caso del pueblo peruano…, con dirigentes sindicales y políticos peruanos, de otros países de América y Europa, se prepara y convoca para los próximos días 15 y 16 de abril un Encuentro Internacional contra la guerra, en defensa de la libertad y soberanía de los pueblos frente a las políticas de las grandes potencias.
Comprometidos con la defensa de los derechos sociales y democráticos, y opuestos radicalmente a las guerras imperialistas de los amos del mundo y señores de la guerra, hay que coordinar todos los esfuerzos con acciones políticas y reivindicativas, con la toma de iniciativas prácticas. Hay que abrir la discusión a todos los niveles: de una parte, con los responsables de los principales sindicatos y partidos; de otra, con los militantes y corrientes del movimiento obrero y democrático, por la convocatoria de una Jornada Internacional contra la guerra, en defensa del pueblo de Perú y de todas las conquistas sociales.
ESPACIO INDEPENDIETE / PSLF