Partido Socialista Libre Federación

La lucha por el socialismo en los EE.UU

La depresión económica que se ha desatado con la pandemia del coronavirus se multiplica y combina con la crisis económica y política, acelerada por las grandes movilizaciones sociales contra la violencia policial y las provocaciones de Trump y su gobierno. Las movilizaciones de las grandes ciudades norteamericanas se han compuesto por la convergencia en las calles de los afro descendientes, latinos y jóvenes blancos…, sin la participación significativa de los trabajadores blancos y de sus organizaciones. Sectores de las diferentes policías se han puesto de rodillas ante los manifestantes, mientras que Trump se escondía en el bunker de la Casa Blanca, lo que ha venido a fortalecer las demandas de que se haga justicia: ¡”Sin justicia no habrá paz”! que se ha gritado en todas las marchas.

Las primeras encuestas desvelan que la mayoría de los estadounidenses se oponen a las políticas racistas, que son políticas constituidas e institucionalizadas en sus historia, y es un avance que ahora muestren sus simpatías con las movilizaciones que se han prolongado durante once días. Esta combinación de sectores sociales participando en la movilización, que se ha repetido también en otros países, que con sus modos y maneras han llamado desde sus posiciones a la revuelta general contra los poderes. Sectores sociales que se encuentran entre los más afectados por la pandemia y la marginalidad impuesta. Las medidas económicas tomadas por la administración republicana lo han sido en primer lugar contra los derechos y aspiraciones de los trabajadores, impulsando la reducción de impuestos a los capitalistas, financiando a las grandes empresas y recortando programas sociales. Millones y millones de trabajadores han sido expulsados en pocas semanas de sus puestos de trabajo, y desprotegidos ante la enfermedad y el hambre. La crisis del sistema político e institucional de opresión en USA no es ajeno a la inquietud social ante la nueva crisis, cuando aún se sienten las secuelas de la crisis de 2008.La lucha por el empleo, por el pleno empleo con unos nuevos cincuenta millones de parados se sitúa en el centro de las principales demandas, y ello sobre un terreno que no es otro que el de la indignación social contra el sistema político de reparto del poder. Lo que requiere un plan económico y social para salir de la recesión económica y del agigantamiento de la deuda pública(EEUU es el país más endeudado del mundo).

La represión policial y militar con la que Trump ha querido frenar la indignación social ha fracasado de forma estrepitosa, pese a la colaboración que ha encontrado en sectores del partido demócrata que han utilizado el manido argumento de los manifestantes “violentos”, ocultando la violencia policial e institucional, que es el origen del conflicto, violencia que se mantiene de forma estructural contra los derechos civiles de la población más desheredada. Organizar la espontaneidad y las inmensas energías puestas en las calles por millones de manifestantes es una oportunidad política para los socialistas norteamericanos, que no pueden ni deben desaprovechar esta situación de explosión de la indignación social; traduciéndola de forma transitoria en fuerza organizada en las mismo terreno de la principal fortaleza del capitalismo en crisis. Las nuevas circunstancias deben ser entendidas y analizadas encontrando el camino de la reorganización política independiente de los trabajadores norteamericanos a partir de la existencia de diversas organizaciones que se reclaman de la emancipación social de los trabajadores del yugo del capital. Reorganización que no puede ni debe obviar la necesidad de acabar con el peligro golpista que significaría la posible reelección del republicano Trump para la presidencia de los EEUU, lo que implicaría la necesidad de concentración del voto obrero y popular contra Trump y sus políticas antisociales y antidemocráticas. La crisis social que sigue al coronavirus no se reduce a los EEUU, procesos similares a los de EEUU podemos encontrar en otros grandes y pequeños países, cruzados también por los problemas de la recesión y el paro, por la miseria social de grandes sectores de la población.

Países que sus propios gobiernos se ven ante la necesidad de levantar la bandera del no pago de la deuda en América Latina y África para preservar la independencia nacional, y dirigir sus fondos a combatir la pandemia y la crisis social desatada. La reorganización de los trabajadores y pueblos del mundo en una nueva internacional se pone como tarea a debatir y actuar sobre la mesa de trabajo de las organizaciones que se reclaman del socialismo basado en la independencia política de clase y en democracia obrera.

Ildefonso Gómez presidente del PSLF

  • June 10, 2020, 8:24 a.m.

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