Partido Socialista Libre Federación

El gran negocio de las armas y las guerras

La imposible diferenciación politica entre los actos de Juan Carlos y los de su hijo

Ildefonso Gomez es presidente del PSLF

Una segunda regularización fiscal, del Emérito, ha venido a escandalizar a la mayoría social, no solo por el hecho en sí, sino y también por la complicidad que desvela dicha regularización por parte de todas las instancias oficiales. En rueda de prensa celebrada el pasado martes en la Moncloa el presidente del Gobierno ha sido el que mas lejos ha ido en sus declaraciones para impedir la verdad sobre al asunto. De una parte Sánchez niega el descarado trato de favor de la administración con el huido afirmando que es “un derecho de todos los contribuyentes”, como si todos los contribuyentes manejaran miles de millones de euros en paraísos fiscales sin que se abra por parte de la Administración la correspondiente investigación ; investigación que el PSOE se niega a que se pueda realizar en ningún ámbito, ni político, ni judicial. La misma calificación jurídica que Sánchez realiza de la conducta del Emérito que, lleva 40 años amasando una inmensa fortuna como intermediario en todo tipo de negocios mientras ha gozado de la titularidad de la Jefatura del Estado muy bien pagada, es la de una” conducta incívica”… Obviando la evidencia, de que dichos delitos no son sino delitos penales continuados ejecutados desde la jefatura del Estado durante cuarenta largos años.

El origen del comportamiento de la jefatura del Estado que ahora, se critica hasta de manera oficial para tratar de salvar el reinado de Felipe VI, como si nada tuviera que ver, tiene por punto de partida las relaciones extra oficiales establecidas con las monarquías medievales del Golfo Pérsico, monarquías protegidas por una solida alianza militar con los EEUU, con lo que los duelos del mundo se garantizan el flujo de petrodólares al mercado mundial. Lo que ha contribuido al desembarco de grandes empresas españolas como Repsol, OHL, Inditex, CASA…de la mano de J. Carlos, a quien los dirigentes del PSOE ya calificaron en su día como “el mejor embajador de España”. La atracción de capitales y fondos árabes para la economía españolas con problemas de liquidez, y la participación apañada y amañada en las grandes obras públicas en Arabía Saudí, como ha sido el caso del la ejecución del AVE a la Meca por empresas españolas, en la mayor licitación internacional ganada nunca por empresas españolas, son el ejemplo de dichas relaciones, que ahora continúan con el suministro de armas para la guerra en Yemen.. La intromisión en los grandes negocios de las monarquías del Golfo para posicionarse como comisionista por el titular de la jefatura del Estado, y sus sequito ; ha sido una ilegalidad siempre presentada por los gobiernos de uno u otro color, del PSOE o del PP, como “un servicio a España”. Y ello cuando la Constitución no concede al rey ninguna competencia en política exterior, como tampoco en el comercio exterior.

Por ello, ahora cuando exministros del PSOE y del PP reconocen que J. Carlos en sus negocios fue quien creo estructuras opacas al Estado, y constatan que ha sido demasiado “temeroso” en sus gestiones : consiguiendo en definitiva ventajas importantes que le han permitido comisiones millonarias para él y para su sequito que han sido difuminadas en paraísos fiscales. Ahora, todos ellos en unión, ocultan que sus gobiernos, que los presidentes y ministros de sus gobiernos son los que han encubierto dichas actuaciones ilegales y criminales, siendo, por tanto, responsables de complicidad en la amplia corrupción institucional que ahora se niegan a también a que se investigue y juzgue, tratando de salvar a los monarcas que han encubierto, y con ellos su propio pellejo.

La naturaleza cortesana de los gobiernos de la monarquía, que han dejado cometer todo tipo de delitos para extender la corrupción política es institucional, tratan ahora de establecer en unidad nacional los mecanismos de la impunidad más absoluta. La pregunta que corresponde hacer llegado a este punto es la siguiente : ¿la negativa a que se conozcan los hechos relativos a la corrupción institucional de la jefatura del Estado y de los Gobiernos; a que se investiguen y juzguen los hechos ampliamente divulgados por los medios de comunicación no es un intento antidemocrático de impedir cambios políticos e institucionales a fin de que todo continúe igual? Por eso, cuando Sánchez en sus manifestaciones pro monárquicas destaca “la ejemplaridad” de Felipe VI y que además “La Casa Real actual ha marcado un antes y un después en la ejemplaridad” ¿A qué se refiere, a que cambios alude? ¿O todo es ficción menos la corrupción que ocultan? Todos sabemos – porque así ha sido informado por los medios de comunicación – cuál ha sido el papel de Felipe VI como interlocutor comercial, y en la venta de armas con los dictadores de Arabía Saudí y Emiratos Árabes para la guerra del Yemen. Continuando con la misma política que su padre cuando la ONU denuncia crímenes contra la humanidad en dicha guerra imperialista contra el pueblo de Yemen ¿Dónde está la ejemplaridad, y donde está el antes y después al que alude Sánchez? La supuesta “modernización” de la Monarquía a la que alude el gobierno de coalición es solo un ardid para evitar que la indignación social tome formas y contenidos democráticos y republicanos. 

  • March 1, 2021, 1:05 p.m.

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