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Del juicio político a Trump…

Espacioindependiente nº 393, jueves 11 de febrero, 2021 http://elespacioindependiente.wordpress.com/:f:info.espacio.independiente

Del juicio político a Trump…

¿Unas nuevas elecciones catalanas situadas en el bloqueo institucional?

El Senado de los EEUU ha iniciado juicio político para promover la condena de Trump, por incitar a la insurrección el 6 de enero con el asalto que sus seguidores protagonizaron al Capitolio, en medio de la complicidad policial. Se establece, en primer lugar, la constitucionalidad del hecho de enjuiciar a un presidente que ya ha abandonado el cargo. La acusación contra Trump es de incitación a la insurrección. Los senadores republicanos son los que deciden en última instancia, ya que solo 6 de ellos votaron por la continuidad del juicio, cuando para la condena efectiva son necesarios, al menos, 17 votos republicanos. El alcance práctico de este segundo juicio político a Trump no queda claro en sus objetivos, a no ser que se pretenda la anulación de una posible nueva candidatura del personaje Trump en las próximas elecciones presidenciales. Además está el hecho imprevisto de lo que pueda suceder en el seno del partido republicano, ya que se trata de pisar un terreno nuevo, que no es otro que el de la mayor crisis política e institucional conocida en los EEUU. Trump, está claro que no rendirá cuentas de los hechos, aun manteniéndose en sus trece, para alegar -como fondo de la situación política- un supuesto fraude electoral sin demostrar. Las repercusiones sobre el partido republicano y, en particular, sobre el movimiento más derechista en los EEUU, así como sus repercusiones en el ámbito internacional, son ahora muy difíciles de calcular.

La hegemonía de los EEUU discutida desde otros poderes internacionales, pese al fiasco que ha representado la presidencia de Trump, mantiene en pie los argumentos de unos y otros en medio de la más alta polarización política, en medio del retroceso económico y social. El ala de los socialistas norteamericanos, del senador Bernie Sanders y la congresista Alexandria Ocasio Cortez, sale reforzada de esta situación política, siendo los verdaderos defensores del seguro de salud para todos, y de la integración de activistas de Black Lives Mater (ahora: los votos negros importan). La más amplia defensa del nivel de vida, y de la salud en medio de la pandemia, con el altísimo número de víctimas causadas por falta de cobertura sanitaria, implica la lucha por el establecimiento de formas políticas de defensa de la población frente a la pandemia.

El Trumpismo en España nos debe llevar a entender algunas de las posiciones de Vox, de Ciudadanos y del PP, fundamentalmente. Con gran influencia, sobre todo en el aparato de Estado, en la policía, la judicatura, entre los militares de alta graduación… Las influencias derechistas que vienen de los medios de comunicación son más importantes que la mera influencia política general. Medios de difusión, que viven en torno a las subvenciones de Estado y practican el franquismo sociológico combinado con el trumpismo internacional.

En relación con la crisis política de las nuevas elecciones catalanas, y en la medida que las elecciones autonómicas concentran los procesos de crisis política, hay que reseñar que  la demagogia soberanista del Trumpismo generó ilusiones en sectores de la derecha independentista catalana. Conocidas son las declaraciones de Artur Mas en 2016, haciendo un llamamiento a aplicar el soberanismo transversal (“a aplicarlo desde una óptica catalana de cara al proceso independentista”). Pero las ilusiones en el trumpismo, de que pudiera convertirse en un factor de apoyo a la causa política soberanista, se desvanecieron con rapidez.

El franquismo en descomposición del régimen de la monarquía española y el trumpismo se complementan en la vida política española desde las instituciones del Estado, más allá de tal o cual circunstancia. El Estado de las autonomías, que es la piedra angular del régimen del 78, representa un modelo político territorial totalmente agotado, que se mantiene en crisis permanente y sin solución democrática. Solo la incapacidad de los partidos políticos del consenso constitucional impide que se negocie la reforma del Estado de las autonomías. Estado que hace aguas desde al menos una década. Y la expresión más clara de esta situación es la crisis de la Generalitat de Cataluña, estancada y sin soluciones a la vista.

El Estado de las autonomías de 1978 ha sido incapaz de reformarse por partes, y tampoco tiene visos de tener un plan de conjunto. En definitiva, cuanto más urgente resulta la demanda de la reforma del Estado autonómico más incapaz resulta en la práctica la casta del 78 de dar un solo paso en el terreno democrático.

El edificio constitucional, amenazado por la contrarreforma social y la privatización de los principales servicios públicos, toma cada convocatoria electoral en peores condiciones. Tal es el caso de las elecciones del próximo día 14, donde una buena parte de la población ha querido ponerse al margen de las mesas electorales por problemas de contagio. Han sido los intereses del gobierno y del PSC los que han impedido que las elecciones se trasladen en el tiempo, en tanto se daba a entender que constituían una oportunidad para que el candidato Illa y las políticas de Estado que representa pudieran tener éxitos electorales, a costa de la baja participación electoral.

Las contradicciones sociales y la quiebra institucional se repiten en Cataluña ante la convocatoria de elecciones autonómicas, cuando la mayoría de la población ha rechazado en las urnas y en la movilización, reiteradamente, el marco autonómico impuesto; y ello sin haber alcanzado en la práctica un terreno propio para el desarrollo de una política diferente. La mesa de negociación establecida a partir de las relaciones de ERC, del PSOE y del Gobierno, que se dio a conocer a principios de la legislatura, representa una estafa más por parte de los representantes del gobierno “progresista”. La falta de soluciones no ha hecho sino agudizar el conflicto político y social, cuyo fondo no es otro que la negación por parte del Estado, y por los partidos clientelares, del libre ejercicio del derecho de autodeterminación de Cataluña.

Si algo une a las políticas franquistas y trumpistas es una apreciación en común del conflicto catalán, que le permite a Vox hacer campaña permanente contra el pueblo de Cataluña y llamar al mismo tiempo a que voten por el candidato del PSC, Sr. Illa, para evitar que en las próximas elecciones pueda triunfar otra candidatura cercana a las aspiraciones sociales y democráticas de los catalanes.

Si lo que venía caracterizando los resultados electorales catalanes era la persistencia de dos grandes bloques, uno conformado por los partidarios de soluciones soberanistas, otro dominado por las posiciones españolistas defensoras del régimen monárquico, todo hace pensar que, con menor participación social, estas elecciones pueden ser una reiteración de más de lo mismo. Recientemente los partidos soberanistas se comprometieron por escrito a no pactar con el PSC. Por otra parte la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, aseguraba que todos los partidos que se presentan a las elecciones catalanas quieren gobernar con En Común Podem porque saben que es” la voz entre dos Catalunyas”. El candidato Illa, que venia a representar las soluciones del continuismo del régimen, parece haber pinchado en la campaña a las elecciones por el hecho de negarse a realizarse la prueba PCR antes del debate en TV3. La sospecha es que Illa está vacunado (dopado) desde hace tiempo.

  • Feb. 11, 2021, 6:26 p.m.

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