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El estado de la Nación

El estado de la Nación

La política del mal menor conduce a los mayores males

Por un referéndum legal y vinculante que permita decidir entre  monarquía o república

 

El debate sobre el Estado de la Nación   ha  concluido con las medidas anticrisis propuestas por el Gobierno de coalición, que no resuelven los asuntos reales, despreciando multitud de demandas  democráticas y sociales que han sido orilladas una vez más.

Las medidas anticrisis aprobadas establecen la creación  de nuevos impuestos puntuales a las entidades financieras , y  grandes empresas energéticas, así como la gratuidad de los servicios de Cercanías y Rodalíes  y Media distancia de Renfe, que solo afectan a una parte de la población. El pequeño  incremento  de la fiscalidad a  grandes empresas que no contribuyen según sus beneficios, no son sino parte de las medidas   puestas en boga por Yolanda Díaz. La  multiplicación de la  carestía de la vida,  y la consiguiente  pobreza social , que es el mal que se dice  combatir con las medidas anticrisis, exige otras decisiones que vayan al fondo del problema. La crisis que no se pueden combatir, en lo fundamental,  sin el control de los precios y la subida general de salarios y pensiones. Los trabajadores vienen demandando la recuperación de los salarios y pensiones devaluadas, como pone de relieve la reaparición de un movimiento de  huelgas  para hacer frente al paro, a la precariedad y a la carestía de la vida. Los funcionarios públicos preparar un movimiento en eses sentido.

La inflación, en buena parte producto de  la especulación , los gastos militares y los privilegios  de la  alta administración  no pueden sino ser enfrentados demandando  escala móvil de salarios y pensiones,  que permita  aumento automático y general  de todo lo perdido, que ahora supera la pérdida  del 10% de la capacidad de compra  de las rentas del trabajo. Exigiendo el reparto de las horas de trabajo entre todos.

 El presidente de Gobierno dijo hacerse “cargo de la frustración y el cabreo de la ciudadanía”, pero  sus medidas  no resuelven ninguno de los problemas, de los que culpa a la “Guerra de Putin”, y no a los directivos de  las grandes empresas, y a sus propias  alianzas internacionales. Si eso fuera así, porque motivo toma medidas cosméticas   sobre algunas y empresas y no medidas contra la guerra. Sus medidas han sido calificadas, en Debate, de “insuficientes”, “desestructuradas”, y se  subraya el efecto bumerán de las mismas :La pequeña presión fiscal acordada puntualmente  se volverá inmediatamente contra los usuarios con el aumento del precio de los servicios , tal y como ya ha sucedió con la bonificación de 0,20 euros en los combustibles, o en la reducción del IVA de las tarifas de la luz. Todo lo dicho contribuye a entender que Sánchez y sus medidas “no van a por todas” como  dice;  se trata una vez más  parches; de   parches  y más parches que no soluciona los asuntos  que se dicen enfrentar. Si Sánchez y su Gobierno  quisiera ajustar cuentas con los bancos y grandes empresas que gozan de inmensos  privilegios fiscales en medio de inmensos beneficios, estaría proponiendo la inmediata devolución de las ayudas públicas  de cientos de miles de millones de euros, que han sido tal alegremente entregadas a los bancos y grandes empresas  ; cuando las medidas puntuales de presión fiscal aprobadas no llegarán a 7.000 millones de euros en dos años, cuantía que las empresas repercutirán sobre la población  en forma de encarecimiento de sus servicios. En una palabra las medidas fiscales aprobadas  encubren un inmenso regalo   para los amos de los principales negocios privados del país .Mientras tanto la sanidad  pública pasa por sus peores momentos con falta de personal y  medios, las listas de espera para ser intervenidos quirúrgicamente  supera  los 800.000 pacientes. Las becas al estudio siguen siendo muy insuficientes, aún con la subida extra de cien euros mensuales, mientras se anuncian que habrá que adoptar medidas de ahorro energético, mediante el control del aire acondicionado y la calefacción...

Además de las medidas económicas  aprobadas por las Cortes, que no dan solución a  la crisis, el Debate del Estado de la Nación, conoció la exposición de numerosas demandas sociales y democráticas, que abarcan desde la reducción del gasto militar, a la necesidad de investigar a la Casa Real  por sus actividades corruptas denunciadas, y  la existencia de numerosas cuentas en paraísos fiscales. Así mismo, se dieron a conocer demandas para  que se reconozca la plurinacionalidad del Estado, la eliminación de la asignatura de religión en la escuela...Un acuerdo oficial que permita a las nacionalidades pronunciarse sobre el derecho a la autodeterminación, y la amnistía general  para todos los condenados y encarcelados. Y varias demandas del derecho a techo ante la carestía de las viviendas.  La sensación mayoritaria  tras el Debate es la de entender que las medidas son tan insuficientes que no  darán solución a  los problemas y a las mismas demandas sociales, y ello  pese a la reconciliación  pública de los partidos que conforman la coalición gubernamental  que parecen encantados con las ineficaces  medidas aprobadas.

El respaldo de los llamados socios parlamentarios  ha logrado la aprobación de las medidas del Gobierno, pero no ha resuelto la tendencia política dominante de la calle, que se concreta  abandono mayoritario del apoyo al Gobierno, tal y como ha venido sucediendo en las últimas elecciones, y en particular en las celebradas recientemente en Andalucía.

Nadie duda  del momento político tal difícil; ante una recesión económica  internacional, y en medio de una guerra entre grandes potencias. Y a grandes problemas no cabe otra que grandes soluciones.  Las políticas que aplica el Gobierno, sometido a la Monarquía, a la OTAN y a las medidas de la Unión Europea, no son otras que las conocidas como política del Mal menor. Recordemos que la política del mal menor  supone la aprobación continuada de malas  propuestas, sabiendo que lo son, con la falsa idea de frenar otras propuestas. La reiteración por el Gobierno de la política del mal menor  busca obstaculizar el pronunciamiento democrático de la población, y en concreto sobre la cuestión central para la democracia de Monarquía o República, o la convocatoria de referéndum por el derecho a decidir.

La  política del mal menor es  la que lleva al Gobierno a someterse al militarismo y la guerra a la que empuja los EEUU, y su brazo armado, la #OTAN, que supone terror y destrucción.

La política del mal menor se prolonga desde hace años por el Gobierno, y su acumulación provoca divorcio con la población  y  la des movilización.  El Gobierno se separa cada vez más  de los sectores sociales en los que se apoya política y electoral mente para mantenerse, contribuyendo  de esta forma  al  ascenso  político-electoral de la derecha.

De forma positiva entendemos que  hay que ayudar a la unidad de  la movilización social, concentrando propuestas de cambio  político democrático  a las Cortes Generales, para  que verdaderamente  los  que se dicen representantes del pueblo rompan con el dictado de los poderosos, y puedan satisfacer   las necesidades  de progreso social y cambio político.

 

¡Por un referéndum legal y vinculante que permita a la población decidir entre monarquía o república!

Comité Ejecutivo del

  • July 16, 2022, 11:54 a.m.

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