Partido Socialista Libre Federación

PEQUEÑA HISTORIA SOCIALISTA DEL PROGRAMA AGRARIO

PEQUEÑA HISTORIA SOCIALISTA DEL PROGRAMA AGRARIO 

La actualidad de la reforma

 S. Oviedo

Colectivos extremeños ligados a la lucha de jornaleros y pequeños agricultores se proponen celebrar próximamente en Mérida Conferencia por la Reforma Agraria, invitando a la misma a otros sindicatos y organizaciones del campo de otros territorios. Contribuyendo así al debate democrático y a la toma de iniciativas publicaremos algunas aportaciones a la Conferencia, comenzando por la presente referencia a la actualidad del programa agrario.

La principal referencia en la historia del socialismo español sobre el programa agrario la encontramos en la historia del socialismo español en el XI CONGRESO ORDINARIO de 2018, celebrado en la Casa del Pueblo de Madrid. El dictamen de la ponencia estableció que “la aspiración fundamental del Socialismo consignada en nuestro Programa general es convertir la propiedad privada de los medios de producción y cambio en propiedad colectiva o común, y se concreta en orden a los trabajadores de la tierra, en que ésta sea propiedad de todos los que cultivan”. En forma de propiedad individual o colectiva Para el logro de dicho fin se considera necesario la adopción de toda una seria de reivindicaciones sociales inmediatas que iban desde la jornada de 8 horas, y prohibición del trabajo para los menores, el establecimiento un salario mínimo legal igual para el varón y la mujer que ha de pagarse en metálico y de forma semanal. El descanso mínimo de un día por semana; la prohibición del trabajo a destajo, y de los contratos de aparcería. Y otras muchas que demandan así mismo la prohibición del desahucio a los colonos, la requisa de tierras laborables por el Estado, que durante tres años no hayan sido cultivadas… El XI congreso se reunía en Madrid cuando los bolcheviques acaban de tomar el poder en Rusia por la vía insurreccional, y fechas después se hundía el II Reich, proclamándose la república en Berlín. El XI congreso precisó también los objetivos políticos inmediatos y democráticos del socialismo español estableciendo claramente la consigna de abolición de la monarquía, supresión del Senado y de las consignaciones dedicadas al culto y clero.

El programa agrario fue presentado al XI congreso por Fabra Rivas, cubriendo con ello el vacío de programa agrario que se venía demandando por amplios sectores de afiliados y simpatizantes desde hacía tiempo. La proclamación de la república de 1931 desató un potente movimiento popular en las zonas rurales por la reforma agraria, de forma que el XIII congreso celebrado en octubre de 1932 se pudieron escuchar intervenciones como la del jurista Jiménez de Asúa, haciéndose eco de la frustración existente en los sectores campesinos que rechazaban las llamadas a la calma de los dirigentes socialistas ante las demandas muy extendidas de reforma agraria inmediata, demanda que se combinaba con la necesaria diferenciación política de los socialistas respecto a los republicanos burgueses. La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932 vino a ser lo contrario a un programa agrario y democrático, ya que carecía de objetivos sociales claros y coherentes, cuando de hecho había más de cuatro millones de población activa afectada por el paro y el hambre, de los ocho millones y medio que componían la población activa total. Una ley de bases que lo que venía a afirmar era el respeto a la propiedad privada, y solo pretendía algún cambio de forma al derecho agrario vigente.

Siendo de muy compleja aplicación y viniendo sometida a trámites burocráticos interminables, que además separaba la agricultura de la ganadería. A la frustración de ley del 32 le siguió la del año 35, que no fue sino más de lo mismo. Ambas pretendían ilusoriamente acabar con el paro, y repartir la tierra, aumentando el rendimiento de las explotaciones, pero sin tomar las medidas políticas y económicas necesarias para ello. El único vestigio de reforma agraria real que se ha conocido en la historia se produjo bajo las condiciones de la guerra y revolución española de 1936-1939, por lo que significó la ocupación de hecho por los campesinos sin tierra de más de 5 millones de hectáreas. La contrarrevolución franquista volvió a hundir el campo en la sobreexplotación y la emigración de la población rural en busca de trabajo.

Bajo otras condiciones políticas, económicas y sociales la reforma agraria vuelve a aparecer como exigencia democrática y social, ahora cuando se cuestiona el régimen de la monarquía del 78, y con ella la gran propiedad beneficiada en su parasitismo por la política agraria común (PAC) de la Unión Europea.

  • Oct. 7, 2020, 9:11 p.m.

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